domingo, 27 de marzo de 2011

"Un país que se desinfla" por José Delgado

ENDI.COM

(27 Marzo 2011)

La población de Puerto Rico disminuye a medida que aumenta la emigración, con el ingrediente adicional de que cada vez se van más profesionales mientras la población envejece

Por José A. Delgado / jdelgado@elnuevodia.com

WASHINGTON - El fenómeno de la emigración a Estados Unidos no sólo ha disminuido la población de Puerto Rico, por primera vez en la historia, sino que le hace perder buena parte de sus profesionales y proporcionalmente la envejece.

Los datos son particularmente inquietantes en momentos en que se calcula -en espera de la información más precisa que incluirá el Censo federal de 2010- que cerca de medio millón de personas pudieron haberse mudado de Puerto Rico a Estados Unidos durante la pasada década.

Por cada dos de los que se fueron, uno regresó a la Isla.

Algunos de los estimados indican que más de 496,000 residentes de la Isla se mudaron a Estados Unidos entre el año 2001 y el 2009, para un promedio de 55,000 cada año.

Las encuestas del Censo federal sostienen que sólo entre 2005 y 2009 unos 300,000 boricuas se mudaron a Estados Unidos. En ese mismo período otros 160,000 decidieron volver a su tierra.

En diciembre pasado, los primeros datos del Censo de 2010 revelaron que por vez primera la población de Puerto Rico - desde que el Gobierno federal cuenta el total de habitantes de la Isla -se redujo de una década a otra.

Hasta el verano de 2010, había en la Isla 3,725,789 habitantes, 82,821 menos que hace una década.

La disminución poblacional ha sido especialmente alta en la zona metropolitana norte, pues entre San Juan (39,048), Ponce (20,148), Bayamón (15,928), Carolina (9,314) y Guaynabo (2,129) perdieron poco más de 86,000 habitantes.

Todavía no se tienen los datos del Censo de 2010 en torno al total que sumaba la población boricua en Estados Unidos en el verano pasado, pero hasta 2009 las encuestas calculaban que ese número ya pudiera ascender a 4.2 millones.

“Esa brecha se va a seguir ampliando”, dijo el profesor Edwin Meléndez, director del Centro de Estudios Puertorriqueños en Hunter College, en Nueva York.

En 2009, los cálculos indicaban que la población de 65 años o más en Puerto Rico representaba el 13.3% de todos los habitantes de la Isla, casi 2% más que en el 2000.

A partir de 2005, la mayoría de los emigrantes son varones de entre 20 y 40 años, según Mario Marazzi, director del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, que recientemente publicó el estudio “El Perfil del Migrante: 2000-2009”.

Mientras más envejece proporcionalmente una población, advirtió Marazzi, menos productiva es. Para en un país que ya tiene una tasa de participación laboral muy baja (41%), el envejecimiento de su población constituye un reto adicional.

Según Meléndez, es evidente que los más jóvenes tienen una mayor tendencia a emigrar. Afirmó, además, que “las probabilidades de emigrar a los Estados Unidos son más altas para las mujeres con más educación formal y para los hombres menos educados si son empleados en ocupaciones de salarios bajos”.

Meléndez, sin embargo, no está convencido de que en los últimos haya ocurrido una fuga extraordinaria de cerebros.

De acuerdo con los datos del Censo, Meléndez sostiene que de 2005 a 2009 el 18% de los hombres y el 30% de las mujeres que se marcharon a Estados Unidos eran profesionales. Pero, los porcentajes están por debajo del total de hombres (22.6%) y mujeres profesionales (33.8%) en la Isla.

Marazzi mismo advirtió que los datos de 2005 a 2009 corresponden a una muestra de la información que se recopila de las encuestas que se realizan anualmente, en espera de la investigación más profunda que reflejará el Censo federal de 2010.

“Los estimados que se preparan tienen ya un error estándar relativamente alto”, advirtió Marazzi.

FLORIDA COMO PARAíSO

Las encuestas del Censo federal, a su vez, indican que la tendencia que comenzó en los 1990, lo que el investigador Jorge Duany ha descrito como “la puertorriqueñización del estado de Florida”, continuó durante la pasada década.

Los estudios más recientes confirman que la situación volvió a incrementar a partir de 2006, cuando se calcula que comenzó la recesión económica en Puerto Rico.

Pese a la cercanía entre Puerto Rico y Florida, en 1980 el estado floridano tenía sólo el 4.7% de la población boricua en Estados Unidos (94,775).

Al terminar 2009, el total se calculaba en cerca de 750,000, lo que representa alrededor del 18% de la población que en Estados Unidos se define como de origen puertorriqueño.

Después de Florida, en la última década el destino preferido de los migrantes han sido los estados de Pennsylvania, Nueva York y Nueva Jersey, según las encuestas del Censo federal.

Con un clima más tolerable que los centros de migración del noreste de Estados Unidos, el ‘boom’ en las oportunidades de empleo redirigió los planes de los boricuas hacia Florida.

“A partir de la creación de Disney World, y otros centros de trabajo importante, por ejemplo para ingenieros en la zona de Cabo Cañaveral y el desarrollo de toda una fuerte industria de entretenimiento y servicios”, Florida se convirtió en punto de preferencia, dijo Duany, profesor de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y experto en los temas de migración.

La cercanía geográfica y el costo del viaje son otros factores de importancia que motivan al boricua a buscar nuevas oportunidades de empleo o iniciar otra etapa de su vida en Florida.

Y como ahora ocurre con el tránsito hacia estados en que se alcanzan temperaturas más cercanas a la realidad puertorriqueña, como California y Texas, Florida siempre ha tenido también el clima a su favor.

Wilfredo Seda, portavoz de la organización National Congress for Puerto Rican Rights en Orlando (Florida), los boricuas que llegan a esa zona “te dicen que vinieron buscando oportunidades de empleo o poder superarse en su carrera”.

“Algunos mencionan el alto nivel de la criminalidad (en Puerto Rico) como otro factor que influyó en su decisión” de dejar la Isla, dijo Seda, quien considera, sin embargo, que la recesión económica que ha vivido Estados Unidos ha hecho que un grupo de inmigrantes boricuas sufran en la Florida central la misma falta de oportunidades de trabajo a que se enfrentaron en la Isla.

California y Texas son considerados entre los nuevos destinos para los puertorriqueños. En 2009, por ejemplo, más de 5,000 boricuas se mudaron a Texas, el quinto estado que recibió más población de la Isla en ese año.

“No es coincidencia que los índices económicos de California y Texas son también de los mejores”, sostuvo Duany.

Entre 2001 a 2008, según los datos del Censo federal, otra zona favorecida por los boricuas fue el condado de Hampten, en Massachusetts, que incluye a la localidad de Springfield.

Aunque los puertorriqueños han tenido por décadas una notable presencia en la zona de Boston, Springfield es un municipio que también está cerca de Connecticut, otro de los estados con una alta tasa de habitantes de origen boricua.

Mientras los boricuas opten por relocalizarse en lugares no tradicionales, donde no tienen familiares o una comunidad de apoyo, surgirán las dificultades de adaptación que la comunidad puertorriqueña experimentó originalmente en Nueva York, según el profesor Meléndez.

Para algunos de ellos, las complicaciones del proceso de enfrentarse a nueva realidad en Estados Unidos pueden incluir desde la falta de representación política hasta la ausencia de servicios básicos en español para los que no dominan el idioma inglés, según los expertos.

¿Y LOS QUE REGRESAN?

Por otro lado, la percepción es que el factor cultural y el sentido de pertenencia influyen en gran medida en la decisión de los boricuas de regresar a su Isla.

“En términos económicos el retorno no suele ser atractivo, por los salarios más bajos que hay en Puerto Rico. Pero, el frío, la discriminación en Estados Unidos, los lazos familiares hacen a muchos retornar”, dijo Duany.

Contrario a lo que puede ser la percepción general, no se trata mayormente de personas que después de terminar su carrera laboral deciden ir a jubilarse a su patria.

Marazzi, en ese sentido, indicó que el perfil del que vuelve a la Isla está mayormente integrado por “varones entre los 20 y 40 años”, que es el grupo poblacional que más participa de la guagua aérea entre Puerto Rico y Estados Unidos.

A su vez, según Marazzi, suelen ser principalmente solteros, sin haber completado un bachillerato universitario, “con ingresos personales menores a $10,000” y procedentes de las comunidades boricuas más fuetes, que suelen estar “en el sur y el noreste de los Estados Unidos”.